Toda esta pesadumbre debe dejar paso a la ilusión por la reconstrucción, por un nuevo comienzo, la reconstrucción de los daños. De este modo este hecho pasará a la memoria de todos los habitantes y de todas esas personas, que de una forma u otra llevan a Villovieco en sus corazones, se convertiría en una historia de unión entre sus habitantes, de la unión de sus fuerzas por reconstruir lo destruido.
Con el tiempo todo se olvida, pero en Villovieco pasará a la historia estos enormes pinos que con la llegada del invierno se cubrían de blanco y nos dejaba un magnífica estampa navideña, y sus copas llenas de nieve hacía que ese lugar tuviera una magia especial que solo los que lo vieron pueden explicarlo.
Y en el fondo de la memoria quedará la imagen de estos pinos como valientes centinelas que vigilaban y guardaban la magia de nuestro querido pueblo, VILLOVIECO.
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